Domingo y Lunes

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Campo de trigo con cipreses

El domingo comenzó a las 10:30 am, me vino a traer Joshua como a las 12:00 pm y nos fuimos al mercado central a buscar unos ingredientes para hacer una receta secreta, un potaje mágico, un brebaje curativo, etc.

Andando allá decidimos hacer deporte extremo y nos fuimos al parqueo anexo a comernos un ceviche de camarón. Nos atendió una chavita chelita que se llamaba Sarahí. Respectivas 2 golden. Hoy martes a esta hora, cero fiebre, no dolor de estómago, no naúseas, no dolor de huesos. Prueba superada.

Después de eso, fuimos a hacer las compras, pasamos un buen allí en el área de las especies y otras hierbas. Je je je… va a quedar con un buen sabor, hoy lo revisé.

Tipo 2:30 pm jalamos para donde mi abuelita ahí en el Barrio Modelo a la par del río Acelhuate cerquita de la colonia Málaga, allí por donde tiene la fábrica de ladrillos Don Simón. Tenía que irlos a ver porque soy un nieto pura mierda y por primera vez en mi vida no fui ni para Navidad ni para Fin de Año, lo bueno fue que no me lo reclamaron mucho, es más, se alegraron de verme.

Mi tío Nelson ha construído un pequeño gallinero digno de varias puteadas de Don Guayo Lemus O’Byrne y dice que por el momento solo le produce dolores de cabeza. Esperemos que prospere.

Pasamos palticando un buen rato con mi abuelo, había puesto un cd de mp3’s de Celia Cruz allá tipo de la década de los 50’s. Me habló de la Biblia, particularmente del Libro de Los Hebreos, prometí releerlo en mi casa, todavía no he hecho la tarea.

Nos habló del Capitán General Gerardo Barrios y de cómo confabularon contra él algunos oligarcas de renombre de aquella época. Contó algo sobre los García Prieto y unas haciendas en San Miguel, sobre los Guirola, los Meardi, los Quiñónez, los Dueñas, los Regalado, los Salaverría, los Alvarez, los Escalón, y otras familias.

También nos contó sobre su tío presidente el General Salvador Castaneda Castro y de lo cabrón que había sido en el tema de la recaudación de impuestos.

Una tabla que estaba por allí fue la víctima de una demostración para mi amigo de su destreza con el formón para tallar la madera, un poco más lento pero todavía conserva esa habilidad. Me cagué de la risa cuando contó de aquellos capiruchos que hacía con forma de pene y que los exportaba a Alemania, le pagaban 30 colones por cada uno.

Con Mama Tita hablamos poco. Pero qué bien me siento estando con ellos.
Eran casi las 4:30 pm, así que nos fuimos a la shit.

Nos fuimos a la Pizza Nova de ahí del Boulevard Universitario y nos echamos un par de beers con respectivos dos panes con ajo. Para cambiar de ambiente nos cruzamos la calle y nos echamos tres más en El Establo con pincho de boca. En otra mesa estaba una chera bien bonita que yo había visto el martes en la noche allí en Leyenda’s (ese día comenzamos en El Establo) donde decidimos con el Joshua embarcarnos en la aventura que ese día estábamos casi que celebrando el primer paso.
En otra mesa – cerquita- estaba un cabrón que se puso ofensivo y que nos alegramos cuando a los minutos se fue a la mierda. Más lejos estaba aquella vieja chele a la que le hablé y que agarró la onda, ja ja ja gran trip.

Entre tanta paja que estábamos hablando, le recordé a Joshua el consejo que nos había dado mi abuelo un par de horas antes cuando le confiamos lo que nos proponíamos: «No vayan a perder el impulso con el que los veo ahorita».

Nos fuimos a la shit. Cuando venía en el carro se me vino a la cabeza la fortuna que hizo Jean Valjean con su fábrica de alabastros.

Estando aquí, le pedí a Dios por el nuevo proyecto y me dormí like a baby.

Ayer lunes no pasó nada trascendental. Sólo la entrevista de Nacho Castillo donde tuvo de invitado a Luis Mario Rodríguez, algo se está fraguando allí, ya veremos que sucede.

Tipo 10:30 pm fui a Lips un rato con un chero mío que me pidió omitir su nombre, adentro me encontré a casi todos mis vecinos, monos hijos de puta, uno hasta como que era novio con una cabrona (que estaba bien buena por cierto). Dos bichas me gustaron, una se llama Zaida y la otra Grecia. Otra quiso apostar un privado o $12 en el billar, pero le dije que no, que iba a perder. No se lo demostré, pero le hubiera ganado. Dos cervezas nada más en toda la noche.

Conocí un chavo que trabaja en producciones audiovisuales de publicidad, bien buena onda el cabrón.

Bueno, me voy a dormir.

Que pasen buenas noches.

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