Memorial para Carlos Sierra

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Crlos Sierra en su cube

Llegué a eso de las 11:00 AM a la funeraria La Auxiliadora y las caras tristes, la pesadez de la noticia y lo lamentable de la situación se notaba sin mucho esfuerzo en el ambiente.

Se había dispuesto la primera capilla, la que está al nomás entrar y a mano izquierda, en la cómoda de felpa junto a la puerta indicaba que se trataba de un acto para «Carlos Arturo Sierra». Estaba repleto de amigos, compañeros y familiares de Carlos. Como andaba clareado y no había desayunado por falta de tiempo, me fui hasta atrás a una esquina para no sofocarme y apenitas escuché al sacerdote pedir cristiana resignación para los que le queríamos.

Después de un breve silencio, escuché con tristeza la interpretación de Andrea Bocelli para el Ave María de Franz Schubert. Sentí que el alma se me hundió, no sé cuánto pero sí sentí feo.

Poco a poco mientras los asistentes iban saliendo, otros entraban a dar el pésame a la viuda que lucía con mucha fortaleza, fue un cuadro indescriptible.

En el reposo velatorio estaba el féretro cerrado con muchos arreglos florales por todos lados y a la izquierda habían puesto una camiseta elástica amarilla de la vuelta ciclística a El Salvador que tenía una leyenda escrita con plumón negro, decía: Bicimanía.

Me quedé casi hasta a la una de la tarde.

Lo que supe del accidente, en una versión más extensa – que después Luis complementó en la noche- a la que conocía, es que iba carretera al Puerto de La Libertad en su bicicleta junto con sus amigos de ruta, con todo y carro seguidor por seguridad, y que por evitar un bache, hoyo o no sé qué clase de topología irregular, Carlos tuvo la mala fortuna de perder el control e impactar de frente golpeándose el pecho con el manubrio de su bicicleta.

Dicen que se logró levantar por sí mismo, y que se quejó del dolor y pidió que lo llevaran al hospital. Lo subieron al pickup y se lo llevaron al hospital. Eran las 8:00 AM aproximadamente. Seguramente el traumatismo costal que sufrió le perforó un pulmón, ocasionándole una severa hemorragia interna, misma que hizo que cuando iban en camino vomitara o lo intentara sin mucho éxito complicando la situación, no sé, pero al llegar al hospital y ya recibiendo la atención médica cayó en estado de coma. Minutos después sufrió un paro cardiorrespiratorio. Se me salen las lágrimas mientras escribo esto. El no tenía que morir así, era una buena persona. Las palabras de Franklin me consuelan. En la tarde me dijo: «Es parte del proyecto que Dios tenía para él. Nadie es eterno en este mundo. Todos estamos en esa línea».

Disfrazado de Bono

Por lo menos murió haciendo algo que también amaba. Escuché decir a Emilio que Carlos había sido un gran amigo de Lance Armstrong, que habían ido juntos a la misma escuela.

Que Dios bendiga a la familia que deja Carlos.

Todos te vamos a extrañar mi estimado.

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Princesita Soñadora

yo ya pase por esto y es duro…increible y triste…

http://ilusionespasajeras.blogspot.com/2007/12/navidadtriste.html

a partir de ese post en adelante esta toda mi triste historia navideña…y esta aún no termina…

[…] camisa tipo polo de Hewlett-Packard que tanto me gustaba, unas camisetas de Dell que me trajeron buenísimos recuerdos, la camisa de McAfee que Cristina De León me regaló en el 2006, las pijamas que usé en el […]