Me acabo de acordar que Gaby cumplió años el domingo, ayer o ahora, sinceramente no me acuerdo, pero si lee esto quiero que sepa que en verdad le voy a desear siempre lo mejor. La vi en Los Rinconcitos el miércoles pasado, el día en que conocí a Sole Moreu, una española que trabaja allí y que me hizo acordarme de Los Tucanes de Tijuana cuando me dijo «Es que a mi me gusta la noche». Esa noche solo fueron 6 Bahía.
Hoy me puse a pensar en ella y en su fiesta de 15, en lo mucho que me gustaba en aquellos años. Pensé también en la vez que la encontré en una fiesta de la Ivette y que me dijo un par de mierdas y de las que nunca supe cuál era mi vela en ese entierro. Se peleó conmigo. Ahorita me acabo de acordar que algunos meses después de eso, platicamos fumándonos un cigarro en una tienda.
Pasaron los años y le perdí la pista, salvo cuando a veces se conectaba fugazmente en el messenger, en una de esas logré conseguir su número de celular. A las pocas semanas la invité al concierto de Luis Miguel cuando Diana no quiso ir conmigo faltando dos horas porque ya habíamos terminado y esa era una forma de hacerme entender que nunca jamás de los jamases volvería conmigo, además, ya tenía novio. Gaby aceptó ir conmigo, ella sabía el porqué de la invitación a última hora, y aceptó no sé si porque ella quería ir o porque me quería acompañar, realmente no me importa cuál o cuáles hayan sido sus motivos, sólo quería estar con ella porque era alguien a quien yo casi había amado. Los $120 dólares más raros de mi vida.
No sé por qué la recuerdo con un vestido azul en su fiesta rosa. No sé. Solo estoy seguro de que lucía increíblemente bella.
En algún momento se me vino a la memoria su figura en aquella terraza que daba a una calle de la Montserrat, el pelo se le miraba particularmente divino esa noche. Siempre me gustaron sus camanances. Otro día cuando iba para el trabajo me la encontré en el bus. Platicamos, pero nunca me aceptó la invitada a ese café que aún no nos hemos tomado.
El día en que me enteré que mi amigo de infancia Juan Armando era novio de mi prima Anita, me la volví a encontrar ahí en Sanzívar.
A Gaby la vi el miércoles, la abracé y la besé. Le pregunté cómo estaba, que qué ha sido de ella, le dije que estaba muy bonita. No sentí nada. Se lo pregunté como se le pregunta a un dependiente si hay queso morolique.
Cuando venía para mi casa, cuando el Trucutú me comentó por última vez en esa noche sobre lo paloma que había sido la carta de Kathy esa tarde, yo estaba pensando en el anillo y en aquella acta de matrimonio de la vez que me casé con Gaby en los intramuros de su colegio y que guardo en la caja que comencé a llenar con mis recuerdos a partir del noveno grado.
Aunque quizás ella no lo sepa, se llevó uno de los primeros pedacitos de mi corazón.
Hasta mañana.
…un poco confuso por q pensas en tantas cosas a la vez…
…Gracias por recordarme…
…guarda un poco mas para ti solo…
NOMBRE…la idea es sacarse todo lo ke siente por esa persona por la ke alguna vez nos hizo «pulungush» el corazon…
[…] Al rato de estar allí me fui a sentar con mi prima un rato, mas bien me senté en un banquito a la par de ella mientras ella bailaba con sus amig@s, Beto se quedó en la barra socializando un poco con las chavas. Yo ya me sentía algo aburrido cuando de repente el corazón me dio un brinco bien paloma al ver a una chera que estaba bailando sola; me le quedé viendo sin apartar la vista ni un momento. En eso la chava me ve y se me queda viendo, le sonreí. Le sonreí como quien recuerda con cariño los años de sus primeros amores. Ella dejó de bailar y me sonrió, se acercó a mi y me abrazó, nos saludamos de beso: era Gaby. […]