San Salvador, agosto de 2005

Un día andaba todo destripeado, no sabía qué hacer, así que agarré mi mochila desde temprano y me fui a la mierda.

Mi viaje comenzó oficialmente en la Fuente Luminosa frente a la exembajada americana, allí me tomé una foto que no encuentro, creo que se perdió para siempre porque no me funka el DVD en el que la grabé.

Empecé a caminar por toda la 25 Av Norte, le tomé fotos a la fachada del Colegio Guadalupano. Esa foto también la perdí. La de la bandera salvadoreña no está tampoco, que cagada.

Miren esta de la Texaco que está allí cerca, en el cruce con la Gabriela Mistral.

Que lástima que se me hayan perdido algunas fotos pero no pierdo la esperanza de encontrarlas por alli cuando no las busque.

Después le tomé una foto a la fachada del Externado de San José. Foto N/A.

Seguí caminando y me metí en esa calle que va a dar al PriceSmart, Sertracen y el Banco Cuscatlán hasta llegar al redondel Miguel Hidalgo y Costilla. Le tomé fotos al monumento de un taiwanés o coreano que está allí frente al supermercado de grandes descuentos. Tripeé tomarle fotos a las placas, al jaguar del banco y al monumento del redondel. Solo me quedaron estas fotos.

Tampoco estan esas fotos :-(

Bueno, llegué donde la calle cambia su cardinal.

Al fondo se ve el reloj del Hospital Rosales, lugar donde 5 años atrás había pasado algunas de mis noches más tristes y oscuras.

A mis espaldas estaba la Escuela de Medicina o La Rotonda como es popularmente conocida.

Seguí caminando y a un costado del edificio encontré este letrero.

Me fui al Parque Cuscatlán y entré a la Sala Nacional de Exposiciones.

He perdido también mi cuaderno de anotaciones con las inscripciones y demás datos del paseo. Pendejeé un rato dentro de ese recinto pero no recuerdo el nombre del Artista ni mucho menos los nombres de las obras.

Luego me fui a ver una placa que hay dedicada al poeta chileno Neftalí Ricardo Reyes Basoalto.

Luego, fui a ver el «Monumento a la memoria y la verdad» donde aparecen el nombre de los muertos y desaparecidos durante la guerra.

La placa del momumento reza así:

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MONUMENTO A LA MEMORIA Y LA VERDAD

Este es un espacio para la memoria, su intención es inmortalizar en la conciencia salvadoreña los nombres de mujeres y hombres, niñas y niños, víctimas de violaciones a los derechos humanos durante la represión de los años setenta y en el año ochenta, y la consiguiente guerra civil salvadoreña entre 1981 y 1992.

La Comisión de la Verdad, auspiciada por las Naciones Unidas, publicó un informe que contenía el doloroso testimonio de familiares de quienes habían sido asesinados y desaparecidos. Una de sus recomendaciones fue la de constituir un memorial dedicado a estas víctimas, como una reparación moral. Sólo fue la sociedad civil la que logró hacerlo realidad.

Este es un memorial para el encuentro, para nunca olvidarles, para honrar su memoria, devolverles su dignidad, no permitir que el horror se repita y sentar las bases para una cultura de paz y de verdadera reconciliación.

Un espacio para la esperanza, para seguir soñando y construyendo una sociedad más justa, humana y equitativa.

Diciembre de 2003.
*

Fue algo muy conmovedor. Enterarme que alguien homónimo había muerto el año en que yo nací me llenó de un sentimiento extraño, casi que de compasión. A veces pienso en ese Rafael Monge, ojalá me esté cuidando desde el cielo.

Luego me tomé una de las fotos que más me gustan. Es esta:

Nada que envidiarle a Cantinflas.

Un par de años después iba yo a escribir sobre este violinista.

Solo estas fotos del Cementerio de Los Ilustres me han quedado :-( Es un gran trip ese lugar.

Ese fue un gran día. Ojalá pueda recuperar todas mis fotos. Al rato y me despierto con ese mismo ánimo y si no encuentro trabajo pronto, lleno mi mochila y me voy al Iguazú. Total. Lo que cuesta son sólo las primeras horas, los primeros pasos.

Saludos.