Buscando soluciones livianas para mi cacerola me encontré con este navegador que lleva por nombre Dillo 0.8.6 que es un proyecto muy interesante de unos chavos con Jorge Arellano Del Cid como Project Mainteiner.
La idea es sencilla y como tal tiene sus ventajas y sus limitantes. Es un web browser que pesa únicamente 420 Kb y es licencia GPL (General Public License), puede instalarse en casi todas las plataformas GNU/Linux y es súper rápido, me consta.
Uno de sus objetivos es la democratización del acceso a la información en internet. Con Dillo si se dispone de una conexión telefónica a internet – enlace conmutado- permite navegar a una velocidad bastante decente.
Su limitante es el soporte Java y la asimilación de Flash.
El alcance de su bondad si nos ponemos a pensar detenidamente es que podría implementarse en dispositivos periféricos como PDA, Smartphones, consolas, relojes, y computadoras con hardware de bajo perfil. Es increíble todo lo que se podría hacer, imagínense a los niños de Meanguera accediendo a internet con computadoras recicladas, el impacto positivo que eso tendría en su educación. Sorprendente.
Vean estos screenshots que he capturado desde mi Pentium II con 128 de RAM, para que se hagan una idea del aspecto que tienen las páginas cuando se despliegan.
El proyecto lanzó su primera versión en diciembre de 1999 y está detenido desde el 2006 por falta de presupuesto, han habilitado un botón de donaciones. Yo creo que estos majes tienen una idea genial: al discriminar gran parte del código HTML de las páginas (que principalmente tienen que ver con el diseño gráfico) reducen el tiempo de carga y queda la esencia de la información: texto e imágenes.
He estado utilizándolo por curiosidad y estoy maravillado, hay páginas que quedan de 7 Kb, 18 Kb, 45 Kb, y hasta las de 110Kb las abre en un santiamén. Mi conexión es de 512 Kbps y las abre en no más de un segundo, pero les aseguro que con un acceso telefónico de 56 Kbps no tardaría más de unos 4 ó 5 segundos exigiéndole moderadamente.
Me he puesto a pensar en todas las ‘chatarras’ tecnológicas provenientes del ‘primer mundo’ que podrían ponerse al servicio de las escuelas, comunidades, bibliotecas, municipalidades, los niños que resultarían beneficiados, lo que aprenderían… una completa utopía Guevarista.
Ojalá y estos bichos puedan seguir desarrollando este web browser.