Walkman Aiwa HS-TA114W

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El sábado en que cumplí catorce años desperté sobre el edredón celeste y blanco que cubría mi cama, el cuarto es el mismo que uso ahora – con la diferencia que ahora mi cama no da con ninguna pared a los lados- y se me hace como si el tiempo no ha pasado en realidad, puedo verme desde aquí en ese día, en este espacio que está vacío junto a mi: eran cerca de las 10 de la mañana y al mover los pies me di cuenta que tenía un regalo con una chonga azul, me senté en la cama, leí la tarjeta y lo abrí, era un walkman, era un obsequio de mi madre.

Me levanté y salí del cuarto, vinieron los abrazos y las felicitaciones de mis papás. Puedo decir que tuve una infancia feliz.

Era el mejor regalo que me habían hecho, iba a poder escuchar mis programas de radio, iba a poder escuchar mis cassettes, total, era un aficionado a la música y a la radio en aquel entonces, me la pasaba escuchando radio y criticando los programas convencido de que yo podía conducirlos mejor y poner mejor música.

Voy a preguntarle a la Silvia si todavía tiene la factura, la quiero enmarcar para ponerla en esa pared que sueño tener en mi casa algún día con aquellas cosas que me recuerden lo que ha sido mi vida y a las personas que han estado cerca de mi.

El walkman era igualito a uno que tenía mi mejor amigo de la época, Carlos López, con quien fuimos como hermanos durante muchos años.

Creo que ese aparatito me hizo más sensible, estampó el ideal de amor que todavía llevo en el corazón, cuando para mi cada canción era puro sentimiento del bueno y nada más que eso, nada mejor que la música. Ahí fue cuando me enfermé de romanticismo.

El programa que no me perdía era el de la ABC que conducía Ozzy Reyes los días domingo a las 8 de la noche: se llamaba Una noche para 2. Era un gran trip.

Recuerdo un viaje a la playa con el grupo de la escuela al que llevé mi walkman. Que paloma siento acordarme de esa vez, en el centro del rancho, si yo pudiera transportarme y hablar con cada uno de mis amigos y de mis amigas y de lo que iba suceder en sus vidas sería una gran cosa, me acuerdo de Claudia, de José Ernesto y de Georgina. También me acuerdo del Hno. Luis Sicán.

Cuando trabajé como programador/locutor de radio el walkman me servía como monitor en las madrugadas mientras me tomaba el cafecito o me fumaba mi cigarillo en las bancas con mis compañeros. Esta fue también otro momento de la música en mi vida, en mi primer turno la primera canción que hice sonar al aire fue Tan enamorados de Ricardo Montaner.

Bueno, la cosa es que encontré mi walkman hace unas semanas y decidí arreglarlo aunque ya casi no lo uso, tenía unos problemillas técnicos que no lo hacían funcionar correctamente. Lo desarmé, y así se miraba:

El mecanismo del cassette sigue sin funcionar a la perfección, pero ahí anda, más o menos. La perilla del volumen estaba arruinada, así que soldé los cables y los dejé directos, le quité cables viejitos y le puse nuevitos, le hice limpieza general de terminales y le quité la suciedad de la tableta. Cuando pueda voy a hacerle su potenciómetro, es asignatura pendiente.

Ahí está el panel de funciones: RADIO/TAPE, AM/FM/FM ST, cintas NORMAL/CROMO/METAL, tuning manual, plug para audífonos y en SUPERBASS OFF/ON.

Una gran onda mi walkman. Me trae tantísimos recuerdos.

Gracias mami.

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