Ese día me levanté y al salir del hotelito decidí quedarme un día más. Antes de llamar a Mariana paseé por las calles del centro hasta llegar a un café. Mientras disfrutaba mi café en aquel hélido aire soleado vi que habían unos cuantos libros dispuestos elegantemente en un estante hecho con hierro forjado (parecido al que miraría años después en la Av. Washington donde aun descansan varias especies de cactus. También recordé ese estante cuando fui a visitar una tienda de forjados en la Calle Sisimiles).
Al acercarme me di cuenta que estaban a la venta, eran libros de segunda mano o usados pero estaban muy bien conservados, cogí un ejemplar de Editorial Andrés Bello, era Los Miserables, la clásica obra del genial francés Victor Hugo.
Era una de las mejores ediciones (sino la mejor) que miraba, fue amor a primera vista. Tenía a lápiz escrito el precio de $79 m.n. Pedí que me lo agregaran a la cuenta.
En la segunda página se leía la firma apresurada de algún dueño (Sergio) anterior.
Quiero decirles que es un libro genial, toca el corazón todavía, casi dos siglos después.
Habla de un hombre que ha sufrido un encontronazo con la vida y para quien la buena fortuna llega solo para aquellos que la merezcan y sean dignos de ella. Trata muchas situaciones en las que los sentimientos llegan a estados cumbres, los siente uno de verdad.
Es preciso decir que en este libro hay personajes increíblemente tiernos, otros en cambio, son para odiarlos para siempre.
Jamás voy a olvidar a Jean Valjean, Fantina, Thenardier, Cosette, Marius, Javert y Gavroche.
Voy a dejar aquí algunos extractos que tengo en mi cuaderno de anotaciones. Es un libro extenso, así que solo voy a poner unas cuantas.
Saludos.
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En Tolón fue vestido con la chaqueta roja;y entonces se borró todo lo que había sido en su vida, hasta su nombre, porque desde entonces ya no fue Jean Valjean, sino el número 24,601.
Algunas naturalezas no pueden amar a uno sin odiar a otro.
El padecimiento social empieza a cualquier edad.
No le quedaban más que sus hermosos ojos que causaban lástima, porque, siendo muy grandes, parecía que en ellos se veía mayor cantidad de tristeza.
Fantina pensó: «Mi niña no tiene frío, la he vestido con mis cabellos».
Creyendo que no era amado, no amaba.
Estaba lleno de pesares, de remordimientosñ pensaba desesperado que no podía decir todo lo que tenía en el alma más que a una tumba. Marius tenía un llanto contínuo en el corazón.
Con la chuleta, que cocía él mismo, vivía tres días. El primer día comía la carne, el segundo bebía el caldo, y el tercero roía el hueso.
Hay padres que no quieren a sus hijos, pero no hay un solo abuelo que no adore a sus nietos.
A la fermentación política respondía una fermentación filosófica.
Hey maestro, esto sí que es una coincidencia, yo encontré un ejemplar maravillosamente usado de los miserables el lunes en la feria del libro en la plazuela Morazán, y por supuesto, me avalancé sobre el libro y nada más importó.
El mío, debo decirlo, no está tan bien conservado como el tuyo, pero Los Miserables, es Los Miserables y mientras más viejo está es todavía más hipnotizador el efecto sobre un bibliófilo.
Saludos