Escrito el 22 de agosto de 2006.
24 horas no me alcanzan para llevar a cabo todos los proyectos que tengo.
Dormir es muy importante.
A veces se me olvida comer.
Pasar ocupado hace que no me de cuenta de lo solo que estoy.
Me esfuerzo por estar cada dia por lo menos dos minutos feliz y contento.
Me preocupa no tener tiempo para las cosas que me gustan. Por ahora tendran que esperar un poco mas.
No leo mas que cosas de mi trabajo. Sin embargo, mes a mes mis repisas se van llenando de libros.
Creo que estoy aprendiendo a darme cuenta de que las mujeres tienen cosas más bonitas que las tetas y las pompas. Por ejemplo, la forma en que agradecen cuando uno les regala un dulce. Hay miles de mujeres tristemente solas, llenas de soledad sin tregua, de esa que hiere, corta y quema el alma. Que paloma son las mujeres… ¿Cómo pueden soportar tanta mierda? callan tanto. Pero aun cuando callan puedo escuchar a veces – y solo a veces- esos gritos desesperados pidiendo ayuda, pidiendo presencia, pidiendo un poco de sexo y un poco de amor, solicitando atención para diluir sus penas.
Comparado con la de ellas mi soledad no es más que un principio de gripe. Yo me pregunto: ¿Qué importa que una mujer tenga hijos de otro hombre?, ¿Acaso eso las excluye del amor?, no creo que deban condenarse al fracaso.
Me tengo que ir. Por lo menos logré escribir algo.
¡Que paloma son las mujeres!
