Siempre me han gustados los muñecos de trapo, los títeres y las marionetas. Cuando estaba pequeño mi papá me llevaba con mis hermanos a ver algunas de las franjas infantiles que muy de cuando en vez hacían en la Universidad de El Salvador los días sábado. Años después aprendería yo a pintar, pantomima, música y dibujo, fue entonces cuando me encontré con las artes.
La infancia no es cualquier edad, es la edad en lo que todo es trascendente: cualquier «sí», cualquier «no», cada mirada y cada palabra cuentan. Tenía yo 8 años por aquel entonces.
Cuando conocí al poeta Mauricio Vallejo en mi adolescencia, él hacía títeres y marionetas con calcetines, calcetas, esponja, varitas de madera, alambres, foam y esas cosas. Eran muy originales con todo y sus vestimentas confeccionadas a la medida por él y sus colegas en su esfuerzo de aportación cultural.
Este es un post breve jejeje, pero me tardé, luego sabrán por qué. Como sea, quiero aclarar que «muñecos» se refiere al término que los salvadoreños usamos como sinónimo para marionetas, títeres y caricaturas. En este post omito las caricaturas y las dejo para después.
Veamos algunos muñecos famosos:
La Rana René de Los Muppets.
Topo Gigio.
Elmo de Plaza Sésamo.
Tulio Triviño Tufillo de 31 minutos.
Lulila de Los Lunnis.
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a la última no la conozco :| pero los demás sí y me gustan! :D
Por cierto, aún poseo varios de esos títeres. Qué bueno es recordar.
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