A medida avanzan los años avanzan también industrias como las comunicaciones y otras que están relacionadas con las tecnologías de información, las redes informáticas se van ampliando, hay cada vez más computadoras y esto genera nuevas fuentes de contenido que a su vez van configurando un nuevo escenario de la forma en que se va repartiendo el pastel de los medios masivos y segmentos transaccionales del comercio.
Si hay más computadoras en el mercado se estimulan los desarrollos de hardware y software que dinamizan tales mercados, estilos de vida, servicios bancarios, negocios web, etc. Hay que considerar que una computadora en casa pierde su potencial de herramienta efectiva si no cuenta con una conexión a internet. El tiempo que la gente dedica a estar conectados a internet es tiempo que, por lo general, dejan de dedicarle a los medios más tradicionales como la radio y la televisión. Los periódicos dejan de comprarse en el semáforo de la esquina por la posibilidad de leer las ediciones digitales o en PDF.
Si esto ocurre, pues es lógico esperar que las empresas eventualmente dirijan o incluyan de manera seria los espacios web dentro de sus presupuestos de marketing y publicidad junto con las ventajas que estos ofrecen.
Sin embargo, a pesar de todos estos avances el acceso a una computadora en países de Latinoamérica es aun muy limitado al igual que el acceso a internet. Muchos esfuerzos se hacen cada año para reducir la brecha digital que existe entre los que disponen de una computadora y los que no.
La gente quiere usar una computadora, la gente quiere conocer eso a lo que llaman Internet. Dentro de esta gente se incluyen niños, adolescentes, adultos y personas mayores. Pienso que hay que aprovechar las ideas que podrían surgir de sus cabezas, de su experiencia, de su capacidad creativa.
Es importante hacer que los gobiernos de manera conjunta con la empresa privada impulsen programas para el contacto a temprana edad con ordenadores y se impartan clases o talleres como una materia programática en los sistemas públicos de educación.
Propongo una idea:
El hardware que se va desechando en las empresas privadas más grandes (bancos, financieras, almacenes, multinacionales) debería pasar a la red nacional del Ministerio de Educación en calidad de donación contra indulgencia fiscal para que pudieran hacerse museos digitales en todos los municipios del país. Mucho de ese hardware todavía sería reutilizable y funcionaría decentemente con alguna distribución de sistema operativo de software libre.
Podría conformarse una red de pequeñas bibliotecas digitales en cada Casa de la Cultura de los pueblos. A los alumnos de bachillerato se les hacen programas de horas sociales para andar enseñando computación a otros salvadoreños en estos pueblos. En 10 años les aseguro que tendríamos un pa´si digitalmente en la jugada.
Así, en 10 años dejaríamos de confeccionar ropa para desarrollar software y manufacturar chips, veo a este país como una maquila tecnológica.