Ayer me levanté tarde, tipo 3 pm, me había dormido como a las 5 de la mañana, estuve echando la weba un rato pero también estuve revisando unas cosas del trabajo que tengo encomendado.
Había una reunión familiar en la casa de mi tía tipo 5:00 pm pero al final se suspendió así que me quedé un rato más en la casa, de igual manera por compromisos adquiridos con mi primo me va a tocar subir a Los Planes un día de estos.
A eso de las 8:00 pm teníamos cita mis hermanos y yo con una persona que fue fundamental en nuestra infancia, se trataba de nuestro profesor de judo Antonio Guzmán, mejor conocido como «El Bigotón» o «Moustache» que había venido de Vancouver y a quien no miraba hace casi 20 años. Fue una grata experiencia volver a verlo después de tanto tiempo. Nos encontramos con él en el Pollo Real de Miralvalle y cuando llegamos allí estaba con nuestro también querido Luis Chévez quien tuvo que dejarnos apenas una media hora de comenzada la plática.
Jalamos a la casa de mi hermano mayor y alli platicamos un rato más entre risas y anécdotas antigüas y recientes, comimos lasagna que había preparado René la noche anterior para la cena de Año Nuevo, tomamos unas cervezas y unos traguitos, otro día publicaré las fotos.
Tipo 10:00 pm me llamó Beto para que fuéramos a joder a ver si encontrábamos algo abierto, cuando llegué a mi casa ya me estaba esperando en el carro así que de inmediato nos fuimos a ver qué ondas. Casi nos hacemos mierda en el triangulito donde la 75 Av Norte se junta con la Calle El Mirador por ir hablando paja, llevaba la videocámara encendida. Después del susto y de pasar frente a La Taberna que estaba cerrada nos dirigimos a la Zona Rosa. Ni un alma en esos antros, solo La Hola Betos estaba abierta pero pasamos de largo buscando qué ondas en Multiplaza, solo El Tony Roma’s estaba abierto pero tenía plante de que ya iban a cerrar así que continuamos rumbo a La Gran Vía.
Estando allí solo estaba abierto Bennigan’s (donde habíamos ido hace algunos meses cuando Beto nos sorprendió con su llamada) y nos sentamos en la barra a hablar de varias cosas y nos pusimos a tripear a los culántropos que andaban pululando por esos lares.
Quiero enviar un saludo al Rafa, el bartender que nos atendió excelentemente y con quien nos estuvimos cagando de la risa un rato.
Cuando nos echaron de ese expendio nos fuimos a la shit (ALS) y ante el generalizado cierre de establecimientos (por ser primero de enero) no sabíamos a dóndepútasír con el agravante de la hora casi nos damos por vencidos pero encontramos un lupanar abierto en una zona residencial de clase alta. Solo habían 4 señoritas (imagino que eran las que tenían mayores necesidades económicas), se sentaron a acompañarnos mientras bebíamos nuestras cervezas (quizás las últimas con Beto hasta dentro de unos cuantos meses), las convidamos a un vodka y a un tequila. Se pusieron cariñosas con nosotros y hasta bromeamos un rato. Cuando salimos de allí me puse a pensar en que algún día – quizás- voy a comprender la dinámica de la vida.
Beto me vino a dejar a mi casa y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Nos hizo falta el Chino para andar vacilando pero… otra vez será, regresa el sábado.
Saludos.