La conmovedora ceguera de Borges

«Quiero hablarles de mi modesta ceguera personal y es modesta en primer término porque no es esa ceguera perfecta en que piensa la gente y en segundo término porque se trata de mi y mi caso no es especialmente dramático. Es dramático el caso de aquellos que pierden bruscamente la vista, entonces se trata de una fulminación, de un eclipse. Pero en el caso mio ese lento crepúsculo que empezó, esa lenta pérdida de la vista que empezó cuando yo empecé a ver y que ha durado hasta ahora. Es decir, que se ha extendido desde 1899 hasta 1977″…

En esta conferencia realizada el 3 de agosto de 1977 en el Teatro Coliseo de Buenos Aires se puede ver, escuchar y aplaudir a un Borges contando sus memorias en una magistral ponencia de aproximadamente 45 minutos. Hablar 45 minutos, a su edad, en un auditorio lleno, articulando tan bondadosamente las palabras, sonriendo de vez en cuando y disertando un perfecto hilo temático me asombra y me hace sentir más aprecio por él.

«Y entonces ocurrió el primero de los hechos extraños que voy a referir hoy, o de los hechos que creo extraños:

Me hice cargo de la dirección, pregunté el número de volúmenes, me dijeron que eran un millón, después averigué que eran 900 mil pero en fin 900 mil es una suma suficientemente basta, quizás 900 mil parezca más que un millón. Yo siempre me había imaginado el Paraíso bajo la especie de una biblioteca, otras personas piensan en un jardín, otras personas pueden pensar en un palacio. Yo siempre me había imaginado mi Paraíso, mi Paraíso personal con una biblioteca».

Borges me conmueve. Me hubiera gustado conocerlo en persona.