Un día de estos estaba yo limpiando una habitación en mi casa y había una caja que estaba repleta de cosas como adornitos, cables, papeles, fotos y objetos varios. Me puse a revisar todas esas cositas para depurar un poco el espacio que ocupaban. Entre todas esas cosas encontré un recuerdo de esos con imágenes religiosas que dan en los novenarios o en los aniversarios de algún fallecido.
No sé por qué pero a mi esa clase de cosas al igual que las fotografías viejas o canciones de antaño, incluso los lugares de mi pasado me hinchan el corazón de nostalgia para ponerme triste por un momento.
El recuerdito tenía en el listón una leyenda que decía:
Rodolfo Asdrubal Escobar Puente, en recuerdo de su segundo aniversario, Febrero de 2005.
Aparecía la imagen del difunto y un texto distribuido en cuatro párrafos:
Dime por favor dónde estás,
en qué rincón puedo no verte,
dónde puedo dormir sin recordarte
y dónde recordar sin que me duela.Dime por favor dónde puedo caminar
sin ver tus huellas,
dónde puedo correr sin recordarte
y dónde descansar con mi tristeza.Dime por favor cuál es el cielo
que no tiene el calor de tu mirada
y cuál es el sol que tiene luz tan solo
y no la sensación de que me llamas.Dime por favor cuál es el rincón
en el que no dejaste tu presencia.
Dime por favor cuál es el hueco de mi almohada
que no tiene escondidos tus recuerdos.
Lo firmaban su esposa y su hijo.
Hago mías esas palabras para con mis propios muertos: pienso, reflexiono, extraño, lloro, noto la ausencia, el paso del tiempo que a cuentagotas se hace largo. A veces hasta los edificios me duelen, los carros, la forma de vestir de las personas, las palabras cool y todo aquello que ya no es como lo recuerdo cuando entonces.