Hoy me subí al bus y venía poca gente a bordo, adelante de mi y en la otra fila de asientos venía sola una cherita embarazada y calculo que no tenía más de 20 años.
El tramo que iba a recorrer era corto y no iba a tardar más de 10 minutos en llegar a donde yo iba.
Disfrutaba mi viaje viendo a todas partes, fijándome que hay un vergo de antenas de Claro TV y de Sky alli en los edificios de la supermanzana en la Zacamil cuando volteé a ver a la cherita y la vi como incómoda, sentándose de lado, haciendo muecas con la cara, soplando una y otra vez – «once and again» diría un chero mio- y me frikié.
No supe si preguntarle si estaba bien o si podía ayudarla porque aunque yo solo andaba $10 en la billetera por lo menos servían para pagar un taxi a algún hospital si es que le tocaba parir en ese momento. Vi que se tranquilizó uno o dos minutos y luego le vi otra vez los síntomas de malestar, me pasó por la cabeza otra vez preguntarle si podía ayudarla pero en eso ya me tocaba bajarme y al final no le dije nada pero me quedé pensando en ella y en si llegó bien a donde iba y si realmente era yo metido – típico en mi- o si en verdad necesitaba ayuda.
Uno never knows.