Creí que lo había perdido, llevaba años sin verlo y mientras ordenaba unas cajas que estaban sobre una repisa encontré este hermoso diccionario japonés-español que me obsequió mi amigo Toshimichi Notsu cuando se fue de El Salvador y regresó al Japón. Aunque no me crean, todavía entiendo el idioma y con cierta dificultad me logro expresar, todo es cuestión de practicar.